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El Evangelio siempre es una Buena Noticia. Las palabras de Jesús “para que tengan vida” inspiran nuestra respuesta claretiana. Nuestra vocación y misión proféticas nos ponen al servicio de la vida en la Provincia de Euskal Herria. Queremos acompañar la palabra con gestos significativos y con obras a favor de la vida. Queremos dar una respuesta misionera porque nos sentimos profundamente interpelados por los signos tanto de vida como de falta de la misma. Nos sentimos llamados a servir con más entrega a quienes viven una vida más disminuida y a fomentar una verdadera “cultura de la vida”. Queremos que nuestra vida y nuestro ministerio sean anuncio y testimonio de nuestra fe en el Dios “que ama la vida”. Hemos sido invitados por Jesús a entrar en la Vida y a vivirla en plenitud: a estar con él y ser enviados a predicar la Buena Noticia del Evangelio. Por eso, todos los Misioneros Claretianos de Euskal Herria somos servidores de la vida cuando la vivimos y celebramos como don de Dios; cuando damos a los demás lo mejor de nosotros mismos en la “profecía de la vida ordinaria”; cuando la defendemos, contribuimos a desarrollarla y educarla y proclamamos su destino último en nuestro servicio misionero; cuando nos entregamos en el trabajo, oración y sufrimiento, para que otros vivan. Queremos sumarnos a otros muchos hombres y mujeres, cristianos o no, que han optado y siguen optando por servir a la vida, aun a riesgo de perder la suya. A través de esta opción por la vida, deseamos seguir en “misión profética” y ser, de este modo, levadura, signo y profecía en nuestro mundo.
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