La Parroquia de San Pablo inicia su andadura en los años 60, tiempos  en que Ariznabarra era un Barrio de las afueras de Vitoria. Casas llamadas baratas, edificios de 4 pisos sin ascensor y de materiales muy sencillos. El barrio estaba rodeado de campas y grandes extensiones vacías.

Fueron años de la llegada de muchos emigrantes de provincias en busca de trabajo.

La parroquia, edificio, está hecha en consonancia con el tipo de barrio y con los materiales muy elementales. La nave de la Iglesia, un gran local alargado sin apenas arte ni gusto. La Diócesis en aquel momento se había empeñado en las parroquias de corte moderno de Los Ángeles y de la Coronación. Iglesias del centro de Vitoria.

La vida del barrio Ariznabarra transcurrió durante muchos años con fuerza y la parroquia vivió  esos mismos años de esplendor generalizado.  El año 1992 seguían los tiempos buenos y por necesidad de espacio se ampliaron  los locales. Un edificio nuevo albergó los despachos  y locales parroquiales.  

Muy pronto, pasados 5 años más, empezó la crisis y con ella el crecimiento del barrio. De un grupo de 1500 personas se pasó a 8.500. En la actualidad el barrio no puede crecer más y el crecimiento también se va asentando. La parroquia va asistiendo a este momento de transformación en todos los órdenes y va respondiendo de la mejor manera a las demandas y necesidades actuales.

La entrada de los Claretianos en el barrio se produjo en septiembre del 1998, tras dejar la parroquia de San José Obrero del Barrio de Abetxuko. La residencia de los Claretianos la seguimos teniendo en Fray Francisco 13, a 8 minutos de la Parroquia.