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Tal y como había previsto, del día 2 al día 5 de enero del 2008, tuvo lugar la Peregrinación Provincial a los lugares claretianos de Catalunya, aprovechando la celebración, durante este curso 2007-2008, del Bicentenario del Nacimiento de San Antonio María Claret. Esta Peregrinación pretendía sustituir el que ya es tradicional Encuentro durante estos mismos días. Sirvan estas líneas, a modo de crónica, para información de lo que ha sido esta Peregrinación.

El día 2 de enero los participantes en la Peregrinación íbamos tomando el autobús en diferentes lugares: Askartza-Claret, Bilbao, Agurain, Larraona. En total nos encontrábamos 20 claretianos de la Provincia: Eduardo Madrazo, Francisco Urrutia, Aitor Kamiruaga, Félix Zubiría, Josu Jiménez, Xabier Larrañaga, Miguel Ángel Oricain, Agustín Ortiz, Joseba Kamiruaga, Enrique Fernández, Samuel Saldaña, Patxi Otamendi, Víctor Ruiz, Juan Martín Askaiturrieta, Roberto Cillero, Teódulo Rodríguez, Jesús María Ibáñez, Patxi Sádaba, Jesús María Sanz, Jesús Ros.

A eso de las 12:15 del día 2, y ya todos juntos en el autobús, tomábamos la ruta para Vic. Una oración en el camino nos ponía en sintonía con el sentido de esta peregrinación: visitar los lugares claretianos, conocer las raíces en las que se fue fraguando la personalidad cristiana y misionera del P. Claret y agradecer y reavivar en nosotros el espíritu misionero claretiano. La música claretiana, es decir, la música de algunos cantos tradicionales claretianos especialmente conocidos, fue ambientando este primer recorrido de la peregrinación.

La lluvia nos fue acompañando a lo largo del camino. Y, con ella, el frío húmedo. Un alto en el camino para repostar las fuerzas con unos bocadillos en el área de servicio de Sobradiel. Continuamos el viaje hacia Vic. Cada dos horas parábamos para respetar el necesario de nuestro conductor, nuestro amigo Carlos. Ya de noche, con la lluvia persistente, y el frío húmedo, llegábamos a Vic antes de la hora prevista. Eran las 19:45 cuando poníamos pie frente a la Casa de Espiritualidad de Vic.

Allí nos esperaba el responsable claretiano de la Casa de Espiritualidad, Josep Codina. La distribución de las habitaciones y un breve descanso dio paso a la cena a las 20:30. Después de la misma tuvimos un primer encuentro con el Padre Anton María Vilarrúbias que iba a ser nuestro guía durante estos días de peregrinación. Nos explicó el plan previsto.

La mañana del día 3 la dedicaríamos a conocer el museo claretiano de Vic y a charlar con el Padre Antonio Bellella, uno de los miembros responsables del CESC. Después, una vez finalizado el esos dos momentos, conoceríamos algunos lugares, claretianos o no, de la ciudad de Vic. A la tarde nos reservaba algunos lugares en los cuales se fue fraguando e iniciando la actividad misionera del P. Claret: Espinelves, Viladrau, Seva y Berga. El día 4 lo reservaríamos para Sallent y el Monasterio de Monstserrat.

Después del encuentro con el P. Anton, nos dirigimos a la capilla para tener un breve momento de oración, recordando al P. Miguel Irañeta cuyo aniversario de fallecimiento era precisamente en este día y dando gracias por el restablecimiento del P. José Antonio Bustamante que se había incorporado a su comunidad de San Fermín de Aldapa. La oración, al final del día, quería ser también de agradecimiento por el viaje y por la oportunidad que se nos brindaba durante estos días de poder reunirnos juntos en estos lugares claretianos.

El día 3 celebramos las laudes y la eucaristía en la cripta de la Iglesia de San Antonio María Claret. Estábamos al lado de donde descansa nuestro Padre Fundador. La eucaristía fue presidida por el P. Provincial, Joseba Kamiruaga. En ella agradecimos y pedimos por el P. Luis Elizalde su cumpleaños. La memoria del pasado quiere ser una parábola del presente y del futuro. La gracia que se hizo historia en el P. Claret continúa haciéndose historia en la Iglesia, en la Familia Claretiana, en la Congregación, en la Provincia de Euskal Herria.  Después del desayuno dimos comienzo, según el plan previsto, a nuestra visita.

El P. Josep Vilarrúbias nos introdujo en el conocimiento y en la mística del Museo Claretiano de Vic. Era una manera de sumergirnos en la vida y en la persona de San Antonio María Claret, desde su nacimiento hasta su muerte, pasando por diferentes y ricos aspectos de su vida misionera, así como por todos los momentos de su biografía. A este momento le siguió la visita al CESC y el encuentro con el P. Antonio Bellella. De su mano conocimos algunos detalles de la labor que se está realizando en torno al estudio, conocimiento y difusión de la persona, de la vida y de la obra del P. Claret con motivo del Bicentenario de su Nacimiento. Este encuentro y este diálogo dio paso a una visita por los archivos y bibliotecas donde se guarda gran parte de la documentación en torno a nuestro Fundador.

El P. Anton Vilarrubias nos acompañó por algunos, claretianos o no, de la ciudad de Vic. En medio de una mañana fría, aunque sin lluvia, pudimos conocer algunos rincones antiguos de esta ciudad de Vic y visitar algunos sitios con un especial sabor claretiano porque a ellos estuvo vinculado el P. Claret.

A la tarde, después de la comida, con la lluvia de compañera y con un frío húmedo intenso, nos dedicamos a visitar aquellos pueblos en los que nuestro Fundador inició su vida misionera. Espinelves, Viladrau, Seva y Berga. Las vísperas, dirigida por el P. Provincial, Joseba Kamiruaga, las celebramos en la Iglesia de Santa Eugenia de Berga. Eran aquellos lugares en los que se había fraguando la vocación misionera del joven sacerdote Mosén Claret. A las 20:30 llegamos a cenar a la Casa de Espiritualidad.

El día 4 celebramos las laudes en la capilla de la Casa de Espiritualidad. Las dirigió el P. Agustín Ortiz. Después del desayuno y a eso de las 9:00 salimos rumbo a Sallent. Allí nos esperaban a las 9:50 los claretianos de aquella comunidad. El P. Antoni Costa, superior de la misma nos abrió de par en par las puertas de la comunidad. El P. Jordi Mallol  dirigió nuestros pasos a un café caliente que bien se agradecía en medio del día soleado pero frío.

Después del descanso fuimos a la Iglesia de San Antonio María Claret y allí el P. Antoni Costa nos explicó con todo lujo de pormenores los detalles de la Iglesia y de la casa natal del P. Claret. Después nos dirigimos a la visita de las tres plantas del Museo así como a la casa natal del Fundador. Una habitación sobria, austera, presidida por una cuna y algunas frases del P. Claret en torno a su nacimiento y primeros años de infancia. Una habitación que invitaba al silencio y a la oración en torno a la cuna.

A las 12:30 tuvimos la celebración eucaristía presidida por los dos sacerdotes más jóvenes del grupo, los PP. Juan Martín Askaiturrieta y Francisco Urrutia. En medio de la memoria del pasado, la promesa del presente y del futuro. Una sencilla celebración marcada por el agradecimiento a este don en la Iglesia que es San Antonio María Claret y al don de esta vocación misionera que cada uno compartimos.

A las 13:30 tuvimos la comida en la Casa Parroquial de Sallent, junto a la Iglesia de la Asunción, junto con los claretianos de la comunidad claretiana. Una comida fraterna entre los claretianos de estas dos Provincias, Catalunya y Euskal Herria.

A las 15:30 emprendíamos el camino hacia el Monasterio de Montserrat. Un lugar que el P. Claret visitó, en diferentes etapas de su vida, en cuatro ocasiones. El día soleado, frío pero sin lluvia, invitaba a conocer los rincones de todo lo que rodea al Monasterio de Montserrat así como el mismo Monasterio La tarde fue libre para que cada uno dispusiera de la mejor manera que quisiera. A las 18:45 participamos, en medio de no poca gente, en el canto de las vísperas de los monjes benedictinos en la Iglesia del Monasterio.

A las 19:30 reemprendíamos el camino de regreso hacia Vic y a las 20:30 teníamos la cena.

El día 5 tuvimos la celebración de las laudes y eucaristía junto a la Celda de la Fundación (en el Museo Claretiano), presidida por el P. Provincial, Joseba Kamiruaga. Un lugar, también, sagrado en el cual recogerse en oración y en agradecimiento, recordando el origen sencillo y humilde nuestra Congregación y pidiendo por toda la Familia Claretiana y por nuestra Provincia, en particular. También recordamos el cumpleaños del P. Carlos Pagola.

A las 9:30, después del desayuno, reemprendíamos el camino de regreso para Euskal Herria siguiendo el mismo itinerario, pero a la inversa, que hicimos al ir a Vic. Larraona, Agurain, Bilbao, Askartza-Claret. Con la sensación de cansancio físico pero, más aún, de haber compartido juntos unos días, lejos de las preocupaciones y trabajos diarios, en clima de amistad distendida, de fraternidad profunda, y reavivando en nosotros esa vocación misionera y claretiana que nos une en torno al mismo Señor Jesús.

Una peregrinación así no hubiera sido posible sin la presencia y sin la colaboración estrecha de todas aquellas personas que lo han hecho posible. Los claretianos de Vic y de Sallent. Josep Codina, Anton Vilarrubias, Josep Vilarrubias, Antonio Bellella, las Hermanas de la Casa de Espiritualidad, Antonio Costa, Jordi Mallol… A todos ellos nuestro más sincero agradecimiento por haber hecho posible esta peregrinación. El servicio de las comunidades claretianas de Catalunya para toda la Congregación, custodiando, enseñando,…, los lugares claretianos, es un servicio digno de admiración y de reconocimiento del que hemos sido testigos.

En el capítulo de agradecimientos, cómo no, hay que agradecer a nuestro amigo, el chófer, Carlos. Alguien que ha compartido con nosotros buena parte de los momentos de estos días y que ha estado también a nuestro servicio con su buen hacer en la conducción. Me consta que él también nos está muy agradecido por estos días en los que ha compartido de cerca con nosotros en un clima muy sano y cercano de amistad.

Nos quedan otros lugares claretianos que poder visitar… Algunos decían, entre bromas, ¿o en serio?, las Islas Canarias… Más cerca nos quedan esos otros lugares claretianos en Euskadi. Gasteiz, Zarautz, Donostia, Loiola, Lekeitio. Si no son, a lo mejor, objeto de una Peregrinación Provincial, sí, al menos, que lo sean de una salida comunitaria.