Los Misioneros claretianos residen en esta casa, adosada a la Basílica de S. Fermín de Aldapa, desde Junio de 1883. Tres años antes habían llegado a Pamplona. La titularidad fue de Casa Misión. Estaban dedicados a la predicación, especialmente por toda Navarra, y al culto y confesiones en la Basílica, con gran afluencia de personas. Desde 1977 se convierte en casa asistencial y de retiro para los Misioneros Claretianos de la Provincia de Euskalherría. Tras una reforma seria dispone de 13 habitaciones completas más los lugares comunes de comedor, capilla y galería de esparcimiento. La Iglesia continúa abierta al culto diario, pero ya muy disminuído respecto al que fue.