Siguiendo el plan previsto para este curso 2007-2008, algunos claretianos mayores de 70 años y otros que están entre los 65 y 70 años, nos juntamos el día 19 en Agurain para tener un encuentro que sirviera de reflexión y de celebración. Con nosotros estuvo nuestro hermano el P. Josu Alday, venido del Claretianum (Roma). Él fue quien dirigió la reflexión y presidió la eucaristía.

El encuentro comenzó a las 10:00 con una oración preparada y dirigida por el Provincial, Joseba Kamiruaga. A continuación tuvimos una primera sesión de trabajo. A las 11:30 realizamos un descanso. Y a las 12:00 tuvimos nuestra segunda sesión de trabajo. La mañana concluyó con la celebración de la eucaristía a las 13:15. Con la comida a las 14:00 dimos por concluido el encuentro.

El Padre Provincial repartió entre los asistentes:

            Un recuerdo-reliquia de la casa natal del P. Claret.

            El libro “Las etapas de la vida” de Romano Guardini.

            El libro “Un corazón nuevo” de Alfredo Mª Pérez Oliver.

El esquema del estudio y reflexión fue el siguiente:

Proyección del n. 70 de Vita Consecrata, sobre la edad evanzada

Comentario y reflexión sobre la formación permanente de los religiosos de la tercera edad:

Formación Permanente para la tercera edad

• Equilibrio entre identidad y pertenencia
• Conexión entre sentido de la vida y de la muerte

Formación Permanente en la tercera edad

• Dejarse formar por la ancianidad
• Un nuevo modo de ser consagrados
• La estación del amor puro
• La función de la comunidad
• En la hora de la muerte

Proyección de algunas tareas espirituales propias de la tercera edad

• Hacer la experiencia de una fe más profunda
• La purificación del deseo
• La búsqueda afanosa y desnuda de Dios
• La unificación del amor
• Entregarle el timón de nuestra vida.

Al final de la reflexión el P. Josu Alday repartió entre los asistentes dos documentos que pueden servir de cara a la lectura y estudio personales sobre el tema y la perspectiva que habíamos abordado en la reflexión con él:

• Tareas espirituales propias de la tercera edad.
• Dos verbos (“quiero” y “acepto”) para conjugar en la tercera edad.